`Tengamos fe que la
razón es poderosa; y con esa fe, avancemos hasta el fin, haciendo la parte que
nos toca, siguiendo siempre la verdad´.
Abraham Lincoln
Hoy hice lo que jamás…
Salí a caminar en medio de las calles de mi ciudad, horas
antes de las celebraciones patrias.
El Espacio…
Las calles…
Las avenidas…
El barullo.
Es una sensación nueva transitar en medio de las calles,
donde otrora sólo se veían pasar personas en lugar de armatostes de todo tipo.
La actividad es increíble.
El ruido, las voces, los pasos. Las experiencias todas.
Me detuve -incluso- en uno de los cientos de puestos, a
comprar un puñado de dulces.
Delicioso.
Caminar en medio de la gente, mirando todo alrededor,
imaginando cómo debió haber sido ese paisaje urbano hace cientos de años.
Por algunas horas, el Tiempo
se detiene, y vuelve atrás, en el legado de
recuerdos.
Todas la calles céntricas,
esos nombres urbanos esenciales, cubiertos por un espíritu de celebración.
Hace un par de notas hablaba de esa sensación ajena, de
vivir en medio de algo, que no sabes si acontece, o no.
Caminar por las calles, con el ambiente esparciéndolo todo,
me hace reflexionar.
Me hace sentirme parte de algo, que no tiene que ver con los
gobernantes, con los charlatanes, con los traficantes…
Esto es nuestro.
Sólo nuestro.
Por un brevísimo instante, tuve esa visión.
Lo supe con certeza.
México, mi
espíritu es tuyo.
Escucho:
A falling through
/ Ray LaMontagne
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