Debo confesar que este curso que ha iniciado trae consigo
circunstancias rescatables. A pesar de la incertidumbre que ha generado el plan
nuevo próximo a aplicarse en la institución donde se labora, las verdaderas
sorpresas se encuentran en las aulas.
Desde el semestre anterior, Enero/Julio 2012, se ha visto un cambio favorable en el desempeño
de los grupos a cargo.
¿A qué me refiero? Un mayor grado de compromiso por parte de
los miembros de los grupos de recién ingreso, y mayor responsabilidad de los
grupos avanzados.
Es grato mirar que la dinámica de trabajo académico ha
comenzado a rendir frutos. Con un número superior a los cincuenta estudiantes
en un aula para tomar una clase, se ha logrado trabajar adecuadamente.
Mucho tiene que ver la filosofía del profesor, pero es aún
más importante -desde luego- la disposición del estudiante.
Los miembros han respondido satisfactoriamente a la mecánica
de labor académico, y me sorprendo de su cualidad de aprender y esforzarse.
Confirmo que una buena programación a académica, objetivos
de aprendizaje claros, y una actitud flexible y abierta al cambio constante,
son la clave para comenzar un cambio profundo, desde los cimientos, no sólo de
las instituciones educativas, sino de absolutamente todas las actividades
humanas.
Escucho:
Stuck in a moment
you can't get out of / U2
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