Son pocas las personas con quienes
he charlado a lo largo del último año.
Son pocas las personas que
considero valiosas, tras lo que he vivido durante los últimos catorce o quince
meses.
Fue grato platicar hoy con Ángel Alejandro Patiño, de quien yo
fuera tutor a lo largo de varios años. Aún mantengo los apuntes tomados en mi bitácora personal en turno, donde anoté
todo lo que aprendí de él, y lo referente al parkour.
Y no aprendí a practicar ese
deporte –aunque hubiera sido
genialísimo hacerlo–, más bien Alejandro me enseñó un montón de cosas
que tienen que ver con la vida misma.
Esta charla –considero– nos la
debíamos desde hace diez meses, cuando me retiré sin avisar a alguien, y me
dediqué a buscar respuestas y reencontrar mi camino como ser humano.
Hoy, me has iluminado (como
siempre supiste hacerlo, a tu peculiar y extraordinaria manera), brindándome
respuestas y la perspectiva de lo que realmente aconteció en mis momentos más
oscuros, porque fuiste de los pocos que me conoció a profundidad, y estuvo ahí,
sin estar. Como lo he dicho en repetidas ocasiones, cuando se vive el
conflicto, uno mismo no es capaz de mirar con claridad desde lo alto, hasta que
has alcanzado cierta maduración espiritual.
Gracias por tus palabras, tu inexplicable
sensibilidad y Honestidad, y por tu confianza.
Como te dije, son pocas las
personas que para mí valen la pena, por su Temple
y Perseverancia.
Desde luego, tú eres una de
ellas.
Un fuerte abrazo.
Imagen tomada de la cuenta `Facebook´ de Ángel Alejandro Patiño.
Escucho:
Doorman | Stereophonics
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