Hoy charlaba con mis estudiantes de Teoría de la Arquitectura en torno a la Arquitectura, su concepción hoy en día, y cómo la visualizamos,
como sociedad.
Es extraño mirar qué tan rápido van las cosas.
Cuánto se han transformado las sociedades en pocos años.
En notas anteriores he hecho hincapié en cómo las escuelas -a cualquier nivel, pero me centro
exclusivamente en nivel licenciatura o profesional-
se conforman con enseñar sólo lo básico,
entendiendo como `básico´, lo que se muestra como contenidos en los limitados programas de los
determinados planes educativos.
Esto conlleva a preparar al futuro profesionista, o simple
ser humano que tal vez no concluya una profesión [consideremos la posibilidad]
a afrontar la vida con una visión de conformismo,
de fungir como sencillos e inútiles espectadores,
que se sienten incapaces de modificar el entorno, es decir, esa serie de
características espaciales y/o temporales que `otros´ se encargarán de
transformar `para bien´ algún lejano día.
¿Quiénes lo harán? ¿Gobernantes, presidentes, miembros del
Congreso? ¿Autoridades de las diferentes dependencias u organizaciones a
cualquier nivel? ¿Representantes vecinales? ¿Los profesionistas inmersos en el
área docente?
Es triste mirar que en todos los niveles, se espera que
exista por encima de nuestra posición, `alguien´ que -finalmente- arregle las
cosas.
Mi experiencia al frente de procesos de cambio en distintos
grados, niveles y dependencias, me ha enseñado que la cultura de nuestra gente [incluidos todos nosotros] es aguardar por un cambio de una manera descendente. Los primeros que deben cambiar son las personas en la cima de las
organizaciones.
Triste que se piense de esa manera.
¿Qué haces día tras día para cambiar la visión de las cosas,
que no sea esperar que la metamorfosis provenga
de lo alto de la pirámide organizacional?
Una interesante pregunta que puede aplicarse a cualquier
área humana, de conocimiento, o bien, de actividad social.
Escucho: Álbum Under the iron sea / Keane
Desde mi trinchera del conocimiento algún reconocido autor mencionaba la importancia de que las políticas sean públicas justamente porque los verdaderos cambios provienen de la base de la piramide a su cúpula, finalmente las bases son quienes vivimos el día día de las carencias, dificultades y necesidades somos quienes las conocemos bien y por lo tanto los únicos capaces de generar soluciones de hecho... lamentablemente en la realidad las soluciones de escritorio son las que más amamos las bases porque tenemos la posibilidad de culpar a otros por lo que evidentemente son nuestras responsabilidades.
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