`El mundo es un lugar hermoso
y vale la pena luchar por él´.
Ernest Hemingway.
Escribo esta nota mientras escucho el álbum `Empire´de Kasabian, minutos después de ver por segunda ocasión –muchos años después de la primera, en su lanzamiento original– del thriller psicológico de David
Fincher, llamado Se7en.
Un interesante relato que comenzó con lo que muchas
llamaríamos el inicio de la época de los relatos de decadencia social dentro de la narrativa contemporánea [literaria o cinematográfica], donde el crimen, la violencia y el afronte moral
contra el pecado y el vicio se hacen evidentemente presentes.
En su tiempo, esta película impresionó por la crudeza de su
relato. Sus logros son varios, en diversos rubros, desde la oscuridad de la narrativa, el manejo magistral del claroscuro dentro de la fotografía, y el suspenso psicológico –rayando
en lo psiquiátrico–, éste último, convirtiéndose en un
personaje más –intangible, pero casi
real– que consolida el desarrollo de la historia.
Fue, tal vez, inspiración para relatos sumamente complejos –lo son en cada episodio y conjunto de
circunstancias narrativas a largo plazo, a la que hoy por hoy nos hemos acostumbrado ya, como algo trivial y sencillo– en series de televisión como Mentes
criminales, Dexter o Hannibal.
La mente humana es un ente por sí mismo, que, al paso de los
años, demuestra ser sumamente complejo, llevándonos claramente a estudios,
análisis, suposiciones, teorías e interpretaciones, que cada día son más
profundas y rebuscadas. Aún recuerdo la teoría psicológica de Freud, que en su momento generó gran
controversia. Pienso que en los días que actualmente vivimos, nuestra mente
humana se torna a cada momento más compleja en todos los sentidos.
La presión de la vida contemporánea, el desarrollo de la Tecnología, y millones y millones de estímulos y catalizadores que se disparan a cada instante en nuestras mentes,
lo que ha generado en el lapso de veinte años, que los límites de la Ética se amplíen hacia campos que aún no
somos capaces de reconocer, identificar y comprender.
El relato de Fincher es
una prueba de la maestría en la interpretación y el reflejo de los tiempos modernos,
sintiéndose hoy como una narrativa lenta, en comparación con aquellas que
observamos en los diversos medios de comunicación actuales y triviales, lo que
debería llevarnos a la cuestión de… ¿hacia
dónde nos dirigimos como entes sociales?, y si hacemos con nuestras acciones algo a este respecto.
Imagen tomada del
sitio:
Escucho:
Shoot the runner
/ Stuntman // Kasabian
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