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esta tarde es sublime.
No deja de sorprenderme la belleza de los atardeceres, a lo
largo y ancho de nuestro país.
Soy fanático de los amaneceres y los atardeceres.
El amanecer más hermoso que recuerdo lo encontré en Oaxaca, al pie de -ni más ni menos- que
las ruinas de la ciudad de Monte Albán,
mientras que dos son los atardeceres inolvidables que han asaltado al corazón:
uno de ellos en la misma ciudad de Oaxaca,
teniendo como fondo el Ex-convento de Santo
Domingo de Guzmán, y el segundo aquella tarde bella en las inmediaciones
del centro histórico de Taxco, en Guerrero, con hermosas tonalidades rosa
tonalidad cantera.
Colecciono tres cosas en mi vida: álbumes de Música, citas de Arquitectura, y panorámicas en la mente, el corazón y el
espíritu de amaneceres/atardeceres a lo largo de mi amado México.
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Escucho:
Homesick / The Cure
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