Hoy ha sido un día donde me he sentido triste, a la vez que
feliz.
Los planes para un periodo nuevo se desmoronan,
inevitablemente, aún antes de comenzar.
Escuchar los mismos discursos, las mismas palabras, las mismas
quejas.
Eso no puede ser una filosofía.
He aprendido a ser un hombre de resultados, más no de
simples palabras.
Y aunque escribo, lo hago porque antes de plasmar las historias,
las vivo con hechos, no son sólo párrafos imaginados.
Hoy analizamos en clase el concepto del Yaxché.
Fascinante.
Tratar de aplicarlo a la vida cotidiana, a las
circunstancias que definen en este preciso lugar y tiempo los hechos que vivo,
es imposible.
He salido profundamente desilusionado y cabizbajo.
Nuestra Existencia debe ser como una espiral que asciende, buscando siempre el desarrollo y el bienestar
espiritual.
No veo nada de eso en
el horizonte.
Para mí, absolutamente todo tiene sentido.
Para el resto de las personas son sólo estúpidas
coincidencias.
Todo lo que me rodea posee una explicación, sin hecho al
azar, o eventos aislados.
Sin embargo, jamás aprenderemos a ver la vida como lo que es.
Una oportunidad para
reencontrarnos a nosotros mismos.
Escucho:
High times
/ Jamiroquai
The aftermath
/ Kashmir
Caterwaul /
And you will Know us by the trail of dead
Black Swan
/ Thom Yorke
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