Aprender a tocar la guitarra ha transformado mi visión al
momento de contemplar el universo musical.
Una de las consecuencias más notorias ha sido mi instintivo gusto por la guitarra de la
agrupación Pink Floyd.
A pesar de la distancia, paulatinamente he ido conociendo y
redescubriendo el trabajo de la banda a través de los años.
Lo que hallé hasta el momento me ha sorprendido y cautivado
en sobremanera.
La más reciente adicción: `A foot in the door. The best of Pink Floyd´.
La imagen que acompaña a esta nota, lo constata.
Escucho:
High hopes / Pink Floyd
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