Después de larga espera, se escucha el proyecto anhelado.
Es el primer álbum de la saxofonista
cuya génesis y grabación he sido capaz de seguir a través de las redes sociales.
Convencido estoy que toda creación, producto del diseño, está
firmemente influida y definida por las circunstancias temporales, espaciales y humanas que nos rodean. En alguno de
esos tres aspectos entra -desde luego- la tecnología.
Crazy es un álbum
por completo electrónico. Los arreglos acústicos son matizados con ambientes
plásticos, rítmicos, impecables, que suenan intermitente y repetitivamente a lo
largo y ancho de las canciones.
La voz de Candy
Dulfer, al igual que el resto de los trabajos en los coros, son perfeccionados con herramientas electrónicas, alcanzando
una nitidez y claridad sonora impecables.
La nostalgia -sin
embargo- se hace presente,
rememorando canciones acústicas de gran esencia melancólica, como el caso de `No end´, o `Too close´, compuestas
ambas por Ulco Bed, que recuerdan
baladas perfectas, en álbumes como Sax-a-go-go,
o For he love of you.
Dulfer realizó un
proyecto similar al que actualmente promueve: Big girl [Diciembre, 1999]. La diferencia con éste radica en el
tratamiento del ambiente electrónico de Crazy,
que es más dinámico y vertiginoso, reflejando la innovación y el desarrollo
veloz de la tecnología en nuestros tiempos. El sonido del jazz se ve trastocado por ambientes diferentes, que llevan a
direcciones nuevas, sin perder el sello distintivo que la bella saxofonista
imprime a sus melodías.
Sobresalen:
Crazy, Complic8ted lives, Electric
blues, In or out y No end.
Una propuesta por demás interesante, y que -personamente- no ha defraudado, manteniendo hasta el momento la discografía presencial de Dulfer, completa.
Imagen: collage
diseñado tomando como base fotografía original que dio pie a portada de álbum
Escucho:
Flame / Candy Dulfer
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