Hace algunas horas concluí la revisión final del más
reciente proyecto literario.
Después de algunas semanas en las que decidí dejar `reposar´ el tema en mi
mente, lo retomé para leerlo por última vez y hacerle las correcciones que creí
pertinentes.
Algo que he aprendido en mi carrera como escritor es que un
texto jamás está concluido. Cuando lo sientes listo y por demás maduro, lo
lanzas a la publicación. Pero en realidad el texto que has generado podría
continuar evolucionando hasta El
infinito conforme pase el tiempo, se acumule tu experiencia y se enriquezca el universo que le ha dado origen en tu
cabeza.
La novela es una historia corta, de no más de doscientas y
poco más de páginas, y retrata un fragmento de la vida de un científico de la
NASA, que -sorpresivamente- mira cómo su ambiente basado en la
ciencia se desmorona por una serie de eventos personales que transforman su
visión y su manera de entender, analizar y comprender el mundo entero.
Es la primera vez que hablo abiertamente de esta trama, la
cuál -como lo he planteado en el prólogo- es meramente circunstancial.
Es una historia que llegó a mí. Otro reto, complicado, que me tomó una décima parte en tiempo de lo
que normalmente tardo en diseñar y trazar una historia de libro
[específicamente de novela]. Un mes y una semana alucinantes donde lo único que
hice fue escribir esta trama que gritaba en mi mente y me exigía ser escrita.
Conforme avancé en su génesis,
algo extraño sucedió: la historia salió
por completo de mi control. Cuando menos lo esperaba, sentía que me
encontraba escribiendo el libro de alguien más. Yo sólo transcribía lo que alguien más dictaba a mi mente y corazón.
Ha resultado ser un libro con una temática completamente
diferente a lo escrito hasta ahora. Con cierta reticencia he continuado con el proceso de gestación y posible
materialización de este proyecto, todo un Universo emergente.
Ha recibido buenas críticas, de las personas más cercanas
que han conocido la esencia de la
trama.
Como busco expresarlo en la imagen que acompaña a esta nota,
la trama versa en torno a la luz,
como materia existencial de todo
cuanto nos rodea. La historia gira en torno a ella.
Me ha agradado la imagen, porque es un juego de reflejos, de
luces, brillos y sombras que -finalmente- es lo que refleja el libro escrito.
Nada claro, hasta que ves el panorama íntegro, al término de la travesía.
No deseo hablar más de la trama. Es una historia que
comienzas a leer, y, en algún punto del camino, deriva en algo que jamás
imaginaste.
Por lo menos fue lo que me ocurrió a mí, como su autor.
Al término de la última página del libro, la luz continúa siendo la única y última
protagonista, que, a pesar de las partes más oscuras de la historia retratada, nos
guía hacia el brillo eterno de nuestra existencia como entes vivientes eternos.
Escucho:
Atoms for peace
/ Thom Yorke
Idioteque /
Radiohead
Banana Co /
Radiohead
Maybe
tomorrow / Stereophonics
Sail away [Live at the Roundhouse] / David Gray
Sail away [Live at the Roundhouse] / David Gray
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