Cualquier profesión representa mucho más de lo que hagamos
con ella personalmente. En el caso de la Arquitectura
-considero- la responsabilidad es mucho mayor.
La Arquitectura finalmente
es el reflejo de lo que muchas veces expresamos como entes, tanto individuales, como sociales.
Manipular al Espacio
y trascender al Tiempo, consiguen que
la Arquitectura sea uno de los mayores logros del hombre.
Ahora bien, en la actividad profesional de cada individuo, existen una serie de circunstancias individuales,
ideas, experiencias y condiciones, que son parte del complejo sistema de
valores que, como seres humanos únicos, utilizamos para integrar nuestros
diversos y específicos métodos de diseño.
El texto que sirvió de inspiración para esta nota tiene
razón. Como parte de la sociedad en medio de la que diseñamos, perdemos la gran
mayoría de las veces el panorama, y consideramos como `normales´ situaciones
humanas que no deberían serlo.
Un arquitecto es cómplice de lo bueno o malo que representa
finalmente a una sociedad, porque en verdad legalizamos todo aquello que
acontece, dotándolo de realidad por medio de los espacios necesarios para
realizar tal o cual actividad o conjunto de ellas, y cuando un espacio es
materializado, de inmediato se convierte en algo `socialmente´ aceptado.
Dentro de nuestros parámetros de valoración, cánones de
belleza y herramientas teóricas de diseño -si
es que las tenemos- debemos ser
cuidadosos en analizar y realizar retrospectivas personales, para comprender nuestro
propio diseño y cómo éste influye -o
no-, y de qué manera, en las
circunstancias sociales que nos rodean…
Artículo que inspiró
esta nota [y que se recomienda leer a detalle]:
Imagen que acompaña a
esta nota, tomada de la página:
Escucho:
Harrowdown hill
[Extended Mix] / Thom Yorke
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