La Felicidad no
es un estado de ánimo.
Es, más bien, una Filosofía,
hoy en día.
Y es que la Felicidad depende de cada uno de nosotros, de
nuestra manera de ver y comprender el Cosmos.
La Felicidad es la Armonía
con el Universo. Es fluir a la misma
frecuencia que la Vida misma.
Por lo tanto, la Felicidad puede ser despertada por elementos
diversos y distantes unos con respecto a los otros. Dinero, sexo, amor, bienes
materiales, conocimiento, poder… Millones de posibilidades.
La Felicidad -si la
entendemos de esa manera- sólo
estará presente momentáneamente, ya
que, al desaparecer el objeto de su afecto, desaparece de igual manera.
¿La Felicidad es perpetua?
¿No lo es?
¿Existe?
Gracias a mi amigo Moisés
Alcántara, por el obsequio. Más que un amuleto,
es una lección acerca de la Felicidad, y cómo luchar por ella.
Luchar es un decir, ya que la Felicidad está al alcance de
la mano. Sólo hace falta ser lo suficientemente sensitivo y receptivo,
para verla, y vivirla.
Gracias gemelo por
la compañía, y la lección que me has compartido.
Tu amuleto de la Felicidad cuelga de la ventana que mira al suroeste, como recordatorio permanente [figura
recortada contra la ciudad entera] de su plena existencia en nuestra vida
humana, y en mi vida, en particular.
La Felicidad, finalmente, es un estado natural que creas,
que generas, que deconstruyes a
cada instante...
Escucho:
Speed of sound / Coldplay
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