`La belleza es aún más difícil
de explicar que la felicidad´.
Simone de Beauvoir
Ni siquiera he mencionado el importante hecho técnico, que definió visualmente la
propuesta de El Hobbit: haber sido
grabado para tercera dimensión, con una tecnología que propone cuarenta y ocho cuadros por segundo, lo
que dota a las imágenes de un realismo interesante, que golpea al cerebro con
una fuerza descomunal. Los colores, el detalle de las imágenes, el manejo de la
luz -casi como un personaje más del
relato-.
Gollum -inclusive- gana un monólogo visual consigo
mismo, donde uno se sorprende de la innovación tecnológica alcanzada por la
mente y la visión de Jackson.
Los valores, la búsqueda de la individualidad y de la
entidad colectiva como sentido para la existencia. La desconfianza, el temor,
la ira y el rencor, como cánones de Belleza inconscientes
dentro de una tierra ficticia, inexistente físicamente -hasta ahora, que ha sido recreada
con creces-. El origen de la maldad que ha crecido y se ha desarrollado dentro de
nosotros.
Ahora entendemos el verdadero significado de la lucha de la
que fuimos testigos en El Señor de los anillos.
Todo comienza con la
pérdida. Con esa circunstancia de mirar destruida la base existencial que le da
sentido a nuestra existencia.
En medio de esa pérdida, y de la serie de sentimientos y
emociones que se arremolinan dentro de ella, podemos hallar a un mago, trece
enanos, un mediano, y cientos de personajes [animados e inanimados, pero
animados], que bien pueden ser referencia de todos los elementos que llevamos
dentro. La Sabiduría, la Identidad (con toda la gama inútil de
sentimientos relacionados), y la Fortaleza
oculta en uno mismo, en cada uno
de nosotros.
El viaje no es visual. Mucho menos narrativo. No se trata de
una innovación tecnológica. Quizá para nada sea un retrato filosófico y
moralista.
Es una travesía, cuya principal fortaleza será inspirar en
cada espectador, esa serie de valores
humanos, que le definan como la persona que se es, como parte de una tierra
donde consideramos que todo tiene que ser visual,
perfectamente narrativo, innovador tecnológicamente, y filosófico o moralista.
Al final, lo humano,
nació desprovisto de todos esos elementos, pero son hoy, irónicamente, los que necesita para ser considerado como algo de
valor, entre nosotros.
Poster tomado de la
liga:
Escucho:
Priest / Christopher
Young
No hay comentarios:
Publicar un comentario