Sentado, esta noche, escuchando a The Rolling Stones, mientras la luna brilla tenuemente, afuera.
Los días continúan su avance, y el esperado y apocalíptico año dos mil doce llega a su fin.
No deseo hablar de su peculiar agonía.
Muchas son las cosas que hago por estos días. Cada día.
Muchas otras cosas son las que dejo de hacer también.
No soy de ese tipo de personas que realiza absolutamente
todo lo que la Vida le pone delante, en un simple día.
Me inclino por las actividades que me hacen disfrutar el
momento, las circunstancias, y que me dejarán alguna enseñanza de cualquier
tipo.
No soy muy propenso a socializar.
Me considero creativo en múltiples niveles, menos en el
aspecto social.
Es la actividad que decidí abandonar hoy, entre todas las
existentes en la lista.
Dependerá -quizá- del tipo de personas, la naturaleza
del evento, y el resto de las actividades que se desean cumplir.
Una caminata por el espacio abierto, en la institución donde
se trabaja, sirve para despejar la mente.
A veces es sumamente necesario abandonar del todo lo
cotidiano, y tener tiempo para que las circunstancias tomen su correcto lugar.
Esta tarde la he pasado extrayendo algunas fotografías, de
vistas interesantes. Hace tiempo no lo hacía…
Mario Ángeles me tomó por sorpresa, y tomó una imagen in fraganti mientras yo jugaba con mi
cámara.
Esperaré recibir -como
lo prometió- esa fotografía, para
verme fuera de mi propio contexto.
Mientras, experimentamos un poco con el material obtenido en esta sesión de improviso.
Escucho:
Mixed emotions
// Anybody seen my baby? / The Rolling Stones
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