El día de ayer, viernes 29 de abril de 2O11, asistí por vez primera a un evento universitario de Informe de la Administración Universitaria.
Muchas reflexiones fueron despertadas a lo largo de las últimas horas, no sólo las previas al evento, sino, posteriores a él.
Muchas reflexiones fueron despertadas a lo largo de las últimas horas, no sólo las previas al evento, sino, posteriores a él.
Ocho años laborando dentro de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, once años formando parte de sus esfuerzos por el crecimiento y desarrollo académico, y diecisiete en total compartiendo sus ideales.
En una ceremonia exquisita y ejemplar, se llevó a cabo el informe del Rector de la Institución, con invitados especiales, entre los que figuró el actual Gobernador del Estado de Hidalgo.
La Máxima Casa de Estudios es la entidad educativa más grande del Estado, y una de las primeras cinco universidades más importantes a nivel nacional.
Es un gran honor conformar esfuerzos individuales con una institución como lo es la Universidad Autónoma. Palabras, discursos solemnes, referencias a los textos maravillosos de Jorge Luis Borges, al ser citada su frase `El ejecutor de una empresa atroz debe imaginar que ya la ha cumplido, debe imponerse un porvenir que sea irrevocable como el pasado´, me hicieron pensar profundamente en torno a los objetivos, las metas, la historia, lo mucho que se puede hacer para intervenir y modificar el futuro, construir el porvenir, definir nuestro Destino.
Una ceremonia perfecta, memorable, a la cual asistieron invitados selectos, integrados por consejeros universitarios, personal administrativo, catedráticos, estudiantes locales y extranjeros, personalidades educativas y gubernamentales a nivel nacional e internacional, hicieron de la noche, una oportunidad única para mostrar la esencia universitaria a lo largo de estos años de existencia dentro de la consciencia social.
Videos conmemorativos de gran contenido y calidad, intervenciones de la Secretaría de Educación Pública, el Gobierno Estatal, así como la magia musical de la Orquesta Sinfónica de la UAEH, hicieron de la velada un momento especial, repleto de energía, de luz, de emociones por los logros obtenidos, por el Tiempo, por la oportunidad de crecer y mirar crecer.
Somos lo que soñamos. Indudablemente.
Estamos aquí para dar continuidad a los sueños de los demás, quizá, porque -finalmente- todos somos la misma visión integral de desarrollo y crecimiento personal y espiritual, por lo que se continuará luchando hasta el fin de los tiempos.
Hay mucho que se comparte. Certero estoy que como esta universidad, existen otros Espacios y otros Tiempos que luchan por sus ideales, sus sueños, sus anhelos como presencias individuales y colectivas.
En esta batalla me ha tocado luchar. En esta trinchera pelear, por lo que pienso, lo que creo, en lo que sueño, como persona y como ser humano.
Hay tanto por hacer.
Agradezco la oportunidad de ser parte de esta pequeñísima estela de luz. Un insignificante momento, comparado con todo aquello que ha acontecido para mirar, hoy, este segundo transformado en brillante y magnífica realidad.
La fuente entera, se construye a cada instante, a cada momento de esfuerzo y lucha.
No estás solo.
Hoy -al fin- lo he comprendido.
Agradezco sinceramente esta noche al Mtro. Octavio Castillo Acosta, a quien dedico esta nota.
Escucho: Mystery of life / Eels
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