La ciudad -lo he dicho en la nota anterior- es una entidad que vive por sí misma. Es un reflejo de lo que somos como entes colectivos, como sociedades.En nuestras respectivas ciudades -esas que consideramos nuestros hogares- encontramos panorámicas, imágenes de las que nos sentimos parte, o tal vez que aborrecemos. La relación entre la ciudad y el habitante es similar a las relaciones humanas.
Cuando -por circunstancias ajenas a nosotros- debemos mudarnos a otra ciudad, el proceso de adaptación trastoca nuestras vidas.
Lo he visto, he sido testigo de ello.
Hay ocasiones en que no salimos bien librados del encuentro. El cambio de panorama, de rutina, de mentalidad, destruye una parte de nosotros.
Toda experiencia urbana nos define, nos transforma, nos convierte momento a momento en entes diferentes, que evolucionan a la par que la ciudad se construye.
De repente, vivimos inmersos en creencias, vivencias, circunstancias urbanas que hemos adaptado como parte de nuestra idiosincrasia.
La ciudad y tú -cuando menos lo esperas- son un solo individuo.
Imagen tomada de la liga: http://twitpic.com/4ztp3w. Espacio propiedad de `El tache azul´. @tacheazul.
Escucho: Sacrosanct delirium / Christopher Young
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