`A veces por muy alto que pongas la música solo puedes oírte a ti mismo´.Esta frase, de Kurt Cobain me ha traído en esta mañana fuertes reflexiones…
Durante el último año, he pretendido que las cosas marchan sin afectarme en su trayectoria. He tenido que pretender que nada de lo que suceda interesa, o, por lo menos, no me afecta en gran medida.
Pretender es -por lo menos, para mí- sinónimo de mentir en cierto grado. La acción misma es una respuesta, una manera de defenderte frente a aquello que te ataca de forma directa.
La serenidad es una forma de pretender que todo marcha bien, aunque -en cierto sentido- no sea real del todo.
La Música ha sido para mí una manera única y fantástica de encontrar paz, rumbo y dirección. Es una especie de terapia, que me ha otorgado fortaleza, y comprensión.
¿Cómo puede ser posible?
Los libros [todos los títulos que puedes encontrar mencionados en este virtual espacio] han sido una valiosa herramienta de igual manera.
Pero la Música ha sido indispensable, esencial. Una manera de visualizar, de vivir, de comprender el Universo que me rodea, como lo ha sido el Diseño, la Creatividad.
Son aspectos en los que me he centrado últimamente y que me han permitido salir a flote, hallar una razón para existir, lejos de invertir tiempo en la guerra interminable de la desacreditación y el odio. Porque sólo se puede llamar de esa manera a la fuente que genera ese proceso.
Rencor hacia lo que nos rodea. Lo que no podemos ser capaces de comprender es que dicho rencor no se lanza a quien lo proyectamos, sino que es una profunda manifestación del sentimiento que guardamos con respecto a nosotros mismos, a nuestra persona y lo que pensamos de ella.
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