Momentos de descanso, de reflexión y de paz interior son necesarios tras eventos de cualquier índole, o ciclos de actividades que han exigido atención y trabajo constante.
Unas semanas de tranquilidad aguardan. El tiempo es relativamente breve, pero siempre es bueno aprovecharlo para realizar retrospectivas, y planear los nuevos rumbos que deben considerarse y tomarse.
Este tiempo en particular me ha hecho pensar en demasía lo que se ha hecho a lo largo de estos primeros meses de año.
Existen muchas cosas por las cuales estar agradecido. Logros se han consolidado, y metas personales se han cumplido, o aún se encuentran en cumplimiento al momento de escribir las palabras que integran esta nota.
Me siento ajeno a muchas cosas, incluyendo el ambiente que me rodea por estos días. La frecuencia donde me encuentro parece ser diferente a lo que vibra en el exterior que me circunda.
Un viaje en los recientes días me ha recordado que me es necesario alejarme un poco de todo, aislarme, para poder pensar con calma y profundidad, no tomar partido de aquella tensión que hoy por hoy sucede, y que nos hace olvidarnos de lo que somos en realidad, lejos y detrás de esas caretas, esos títulos de autoridad, esas máscaras que usamos a diario para realizar nuestras cotidianas labores profesionales, olvidando la alegría, el placer que ofrece la Vida, lo hermoso de los más insignificantes detalles.
Mientras más crecemos, y mayor es el trabajo que realizamos, menos tiempo dedicamos a nuestra parte humana.
El hecho de poseer mayores responsabilidades no es sinónimo de crecimiento o desarrollo personal o espiritual.
Mientras más crecemos laboralmente, pareciera que más lejos estamos de nosotros mismos, y de aquellos a quienes realmente algún día quisimos.
Como le dije a Ángel, soy de esas extrañas personas que, entre todas las posibilidades, tomará la decisión más inesperada, que nadie tomaría, o comprendería siquiera. Eso me ha traído distanciamientos importantes.
Duele en un principio. Después llega a ser algo común, casi cotidiano.
Al final -comprendes-, no podría ser de otra manera.
Escucho: Finsbury Park Cafe 67 [2007 Version] / Candy Dulfer
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