Gracias Luis Enrique por
esta inesperada visita.
Cada vez que charlo contigo, las respuestas clave de mi vida
son respondidas por la narrativa de
la tuya.
Es indescriptible. Estas tardes de conversación profunda se
convierten al lento paso del tiempo en un clásico
agradable y necesario para continuar en la búsqueda de las razones que den
sentido a lo que soy, a lo que hago.
Precisamente hoy en la mañana leía una de las tantas notas
donde tu espíritu aparece desdibujado. Y de pronto estás ahí, al otro lado de
la acera.
Me has enseñado tanto.
Contigo, aprendo a poner atención en los detalles y las
pequeñas circunstancias de la vida.
Es increíble.
Te estimo demasiado.
Un abrazo enorme, mi amigo, mi gran hermano.
Escucho: Cosmic
girl / Jamiroquai
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