`El amor es más bien el dios de las sensaciones que el dios
de los sentimientos´.
Ninon de
Lenclos
Desde que tengo uso de razón, recuerdo haber comprendido el
mundo desde dos herramientas: la narrativa
y la percepción espacial. Mucho
tiempo después he caído en cuenta el por qué soy escritor, además de arquitecto.
Lo único que tengo que reprocharle a la Vida es el hecho de
no tener a alguien que me dijera desde el comienzo lo que mi cerebro y corazón
podían hacer.
Las lecciones de nuestra existencia -ahora lo comprendo- están
puestas delante para descubrirlas por nosotros mismos. Ésa es la esencia de la Vida.
Los mejores recuerdos que poseo encerrados en la memoria,
son -irónicamente- momentos y sensaciones espaciales. Mi cerebro las guarda como sellos
indelebles que se quedan grabados para siempre.
En resumen, lo más hermoso de la Vida para mí son los espacios arquitectónicos.
El primer recuerdo espacial que tengo data de cuando tenía
escasos seis años. Lo que recuerdo: nítidamente un patio hermoso, buganvilias
coloridas, en fondo bicolor blanco/negro, con olores de galletas espolvoreadas,
y trabajos en rejas, de herrería. La sensación que experimento es
indescriptible.
Así podría narrar absolutamente toda mi vida.
La convivencia con mis amigos de la infancia en el patio universal de la primaria donde estudié.
Los juegos en la cancha íntima
de basquetbol con mi mejor amigo.
Las navidades en aquel pasillo travieso que conecta absolutamente todas las viviendas familiares.
La construcción y diseño de las metas académicas en la acogedora oficina de la autoridad con la
que algún día laboré.
Las más bellas compañías siempre estuvieron presentes,
acompañadas de rincones, espacios, lugares, sitios que fueron las circunstancias
perfectas para que mi memoria fuera capaz de grabar para siempre, por medio de
sensaciones y lecturas, todo lo acontecido, todo lo aprendido.
Para mí estas fechas están llenas de amor, de cariño, de las
mejores sensaciones, no abordadas desde un punto de vista mítico, legendario, o
religioso alguno, sino desde el punto de vista sensorial y humano.
Lo que guardo en la memoria son las circunstancias, los detalles, los elementos precisos que definieron
y ayudaron a construir ese momento único.
Lo considero un don. Recordar absolutamente todo -como lectura posterior de un libro- extrayendo las sensaciones y
experiencias espaciales.
Detrás de todo hecho humano, sea de la naturaleza o alcance
mítico o histórico cualquiera, se encuentran una serie de circunstancias espaciales que despiertan y acogen esos
hermosos sentimientos humanos.
Ése es un verdadero
espacio arquitectónico.
He ahí la razón de la fotografía de esta nota. Detrás de las
personas y el hecho que celebran, se encuentra una serie de afortunados accidentes
espaciales donde se graba para
siempre lo vivido.
Estas fechas para mí, son un eco infinito de lo que
celebramos año con año. Ese hecho vivo jamás volverá a repetirse, pero lo que
diseñamos, construimos, y lo que hacemos para rodearnos como seres humanos,
junto con quieren nos rodean y a los que amamos, es una prueba de que ese recuerdo vive en nuestros corazones.
Para mí la Vida sucede de un espacio arquitectónico al siguiente, en una narración humana interminable. Peculiar manera de comprender el
Universo.
Que estas fechas nos permitan compartir lo que somos en
realidad, esos sentimientos puros, con quienes se encuentran a nuestro lado,
dentro de esos rincones [abiertos o cerrados] que llamamos Espacio.
Felicidades a todos, con cariño, desde esta plataforma
digital.
Escucho:
Textures /
Robert Miles
Down for so
long / The Rapture
Triphoppin´
with Hans / Hans & Candy Dulfer
Ether /
Kashmir
Lipgloss /
Pulp
83 / John
Mayer
Help I'm alive
/ Metric
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