La Vida está llena de ironías. Me lo ha demostrado en las últimas horas.
Después de experimentar un año complicado, lleno de
obstáculos y ciertas dudas y planteamientos difíciles, concluyo este año
haciendo lo que amo hacer: escribir.
Consolido la decisión de ser escritor.
Una vuelta de tornillo me ha llevado a retomar esta
actividad en mi vida, que abandoné consciente y oficialmente durante casi tres años.
Escribir ha sido para mí lo mejor que me pudo haber sucedido. Hace
unos días platicaba con Jesus Grajales
en torno a mi experiencia como escritor. No me refiero a la experiencia de
publicar y demás, sino más bien, a la acción misma de escribir, de la concepción de las historias.
La última vez que lo hice, a un ritmo constante, y que
considero representó mi mejor etapa como escritor, fluido y en perfecta forma
para hacerlo, fue en el último año de mis estudios de licenciatura.
El ritmo, la velocidad, y el tiempo dedicado para escribir
fueron tales, que estuve a punto de abandonar la universidad, por encontrar en
la escritura, el único aliciente que brindaba sentido a los días vividos por
aquel entonces.
Una novela escrita en un año. En mi mejor momento, dos en el
trayecto de año y medio. El ritmo de escritura alcanzaba hasta las seis u ocho
horas por semana, a una velocidad promedio de dos a cuatro capítulos en ese
lapso de tiempo.
Los que son escritores, saben que la velocidad de escritura
no es la única ni más importante variable que mide el ritmo o la velocidad. En
ese tiempo, considero, se dio la mejor época de concepción, diseño y
construcción de historias. El mayor número de historias y universos narrativos creados.
Aún conservo mi libreta de anotaciones. Mi diario literario,
donde he retroalimentado al paso de los años, las historias, direcciones
narrativas y proyectos literarios acumulados al paso del tiempo.
La Literatura, y,
por ende, la escritura, es una constante en mi existir.
Hace algunos días las circunstancias me sorprendieron en
sobremanera, obligándome a tomar una decisión radical, la cual no me detuve a meditar demasiado. Simplemente
decidí, sobre la marcha.
El siguiente proyecto
literario está siendo construido en este momento.
Por cuestiones de índole personal, el tercer proyecto
académico, relacionado con la Arquitectura,
y que cierra la tan mencionada trilogía iniciada con Viento, Letras & Delirio, fue puesto en momentánea pausa, mientras algunas cuestiones
encontraban lugar y orden en mi existencia humana y profesional.
Hoy permanece
en el tintero hasta nuevo aviso.
Súbitamente, las circunstancias me llevaron a trabajar sobre
un cuarto libro -ajeno y diferente a
lo trabajado hasta el momento-, no
planeado, ni considerado dentro de los objetivos a corto plazo.
Este repentino y emergente
proyecto, me ha tomado por sorpresa.
Aprovechando los días de relativo descanso que se viven,
además de las circunstancias al final de este año, he considerado afrontar el
reto.
El proyecto en cuestión es una novela de tinte ficticio, que explota temas
contemporáneos que tienen que ver con la Metafísica,
lo estudiado y vivido durante los últimos cuatro años, y que ha influido de
manera clave en mi vida.
Considero que la experiencia hasta el momento me permite
desarrollar la trama de la historia, que arribó a mí hace poco más de tres
meses, y cuya esencia no tuve tiempo de consolidar oficialmente, pero que
permaneció en la mente, latente, todo este tiempo.
Ahora decido construirla, sin contar con los procesos, los
planes, las estrategias de las que eché mano para los proyectos anteriores.
Sin duda es todo un reto el que la Vida ha puesto delante.
Consciente estoy que si no escribo este libro ahora, jamás
volverá a presentarse la oportunidad para retomarlo de nuevo.
He ahí la razón de la prematura decisión.
Conforme avancen los días, y tanto las ideas, como el
producto final tomen forma definitiva, se compartirá un poco sobre este libro.
Lo único que puedo decir es que se trata de la primera vez
que Architectiak sale de los
parámetros establecidos, en cuanto a temática
literaria se refiere.
El tema no se centra ni parte de la Arquitectura.
Existe cierta incertidumbre al respecto.
Pero es una oportunidad literaria que no puedo dejar pasar.
Los requerimientos y necesidades han sido puestos sobre la
mesa.
Actuar, o dejar pasar el llamado. Ésa fue la cuestión.
Las primeras horas de trabajo han sido toda una experiencia.
El primer día he cosechado tan solo doce horas de trabajo de escritura.
No estoy en forma. Ha sido duro regresar.
La experiencia al escribir, sin embargo, es indescriptible.
Escribir es lo que amo hacer.
Sólo eso.
Continuaré durante los siguientes días, bosquejando este
proyecto, con todos los dolores de cabeza que represente.
La vida -como he
dicho en líneas anteriores- te pone
a prueba de maneras que jamás comprenderás.
Es un hecho…
Escucho:
I love you / Celine Dion
Tangerine / Ludovico Einaudi
Just dance [featuring
Colby O'Donis] / Lady Gaga
Desert rose
/ Sting
Sin ti / Aleks
Syntek
FEZ-Being
Born / U2
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