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lunes, 10 de febrero de 2020

A tí, Luna

Perdí la Pasión por lo que hacía hace tanto, que no recuerdo con exactitud cuándo esto aconteció. Desde entonces, la Vida sucede día tras día, mirando los ciclos de veinticuatro horas repetirse a sí mismos con indiferencia.

Ayer, motivado al fin por las palabras y las imágenes de un amigo a la distancia, desempolvé el ojo fotográfico, y me vi en Silencio con la Luna, en una cita a ciegas, donde terminamos contemplándonos el uno al otro a través del lente fotográfico, escribiendo, a la par, las siguientes líneas:


Luna de Plata.

En tus diversas fases y rostros, miro reflejadas todas y cada una de mis emociones.
Tu superficie reluciente me recuerda que siempre habrá algo brillante desde lo más profundo de mi alma, dispuesto a salir a flote para iluminar los entornos abandonados y más oscuros.
Desde que te conozco, a través del desarrollo de mi pensamiento y contemplación conscientes, he caído perdida e irremediablemente enamorado de tu esencia, de esa alma color nívea que inspira mis pupilas a lo largo de las noches más tristes y negras.

En tu contorno hermoso, que es lo primero que la gente mira cuando apareces en lo alto del firmamento, se esconden cualidades no apreciables a simple vista, y a las que sólo accedo cuando dialogo contigo a través de la profundidad de un espíritu solitario, hambriento de Belleza, y de Plenitud, alcanzable cuando tocamos esa superficie reflexiva que raya en lo sagrado.

Puedo platicar contigo libremente durante esta noche, y el resto de las noches que me queden de vida, porque cuando el amanecer se vislumbra en la lejanía y la despedida se esboza en el horizonte, la más grande Tristeza domina la costa de mi alma, porque te miro partir de forma irremediable hacia las aguas claras de la Luz naciente, que te llevarán por travesías lejanas donde no sabré de tí por días, o quizá por meses.

Hoy –mientras tengo oportunidad de verte, y tiempo para compartir contigo– te observo detenidamente mientras hablas, deleitándome a través del lente de mi cámara, captando cual ligero y delicado golpe con cincel a una pieza blanca de mármol, tu extraordinaria Belleza.

Luna de Plata, en tus albores encuentro sentido a mi existencia.
Mientras brilles en la cúspide del cielo, me sentiré afortunado de haberte conocido.
Amada Luna, no me abandones jamás.

Siempre que me sea posible te buscaré en el horizonte, sólo para mirarte y platicar en formatos reflexivos y sumamente espirituales, porque tu sola presencia nutre mi alma de maneras increíbles.

Luna, mientras tenga aliento en mi pecho, habitarás en mi corazón, porque como arquitecto de mi fallida vida, me siento obligado a remodelar continuamente el Amor que siento dentro, cambiándolo de habitaciones para no aburrirlo, fastidiarlo, y que decida dejar la casa de mi cuerpo.

Porque tengo miedo de no sentir más Amor, y morir en la Soledad del Abandono.

Luna, dime que tu Luz hermosa por siempre navegará en mis entrañas, guiando a mi alma hacia seguro puerto, donde las ciudades guarden los anhelos más bellos, y todos los caminos y veredas lleven hacia nuestro Bienestar, y a todos nuestros delicados sueños.


Escucho:
Sweet Apocalypse | Licking Dew | Aftermath || Lambert

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