.

.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Cama vacía

Despierto, y no te encuentras más a mi lado.
El Espacio que ocupabas en mi Vida, de pronto se halla vacío.
La luz tenue de la mañana evidencia tu ausencia.
Las formas vagas y los contornos que se cuelan por la ventana, me recuerdan aquellos planes que algún día, tú y yo trazamos. Ahora se ven tan distantes, lejanos, improbables…
Espera.
Quizá fue hasta hoy que noté que ya no estabas.
Tal vez te has marchado desde hace tiempo, y yo continué despertando, dando por hecho que te encontrabas a mi lado, inmerso en mis acciones, en la cotidianidad, perdido en la lucha de las decisiones centradas en la supervivencia.
Porque nos prometimos jamás caer en el vacío de la rutina y la Ética rota y corrompida.
Hoy que me percato que te has ido, soy consciente de aquello en lo que me convertido.
Y me duele…
Me duele tu partida.
La ausencia que has dejado tras la estela de tu escape.
Pero no es más que la Nada que he sembrado en mí, con mi necedad.
Mi estúpida indiferencia…
No he sido capaz de escribir, de escribirte siquiera, diciendo lo mucho que amo lo que haces, lo que hacemos.
Damos por sentadas tantas cosas.
Y nos acostamos por la noche, cerrando los ojos, durmiendo por dormir, sin esperar o buscar el descanso, siquiera.
No hay tiempo para nada.
Y al amanecer, te has marchado.

Despierto, y no te encuentras más a mi lado.
¿Dónde estás? ¿A dónde has ido?
¿Cómo podré encontrarte de nuevo? Y recuperarte…
Tú, Luz. Guía.
Ganas de Vida, de crecer, de amar lo que hago, lo que pienso, lo que soy.
¿Dónde podré reencontrarte, de nuevo, alma mía?
Espíritu sacro.
Esencia humana íntima.
Porque te he perdido, en medio de la rutina cotidiana, sólo existe mi cuerpo…
Un cuerpo sin sustancia, sin razones para continuar existiendo, jamás perpetuando la Eternidad de la Vida.

Un cuerpo sin tí, sin Espíritu, es un amanecer sin Luz, sin Vida.
Esta imagen en mi mente, en el corazón, es sólo una mentira.
Una ventana vacía.
Un sol inerte y seco.
Un sillón inexistente e inútil.
Una cama invisible.
Cuatro paredes que encierran Nada.
El eterno Limbo en el que me he convertido al abandonarte, al asesinar mis sueños, al olvidar quien soy, y lo que estoy destinado a ser si me hubiera fundido para siempre contigo, con el Universo, con Dios, con la Luz de la Consciencia.
Alma humana, Espíritu mío…
Te he perdido.
He muerto para siempre.

Escucho:
Murder incorporated / Bruce Springsteen
I constantly thank God for Esteban [Live] / Panic at the Disco

No hay comentarios:

Publicar un comentario