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domingo, 5 de mayo de 2013

Arquitectura, y Desarrollo

Mirar cómo se transforma el entorno -inmediato, arquitectónico, o, en su defecto, urbano y social-, habla de nuestra apertura y necesidad a la evolución y al desarrollo.
Trece años en el medio profesional -sin embargo- me han enseñado que la cultura en México habla de la profunda carencia de una filosofía de respeto hacia la figura del arquitecto, como una opción viable para el crecimiento ordenado de las ciudades, por medio de intervenciones arquitectónicas individuales, o bien, urbanas a gran escala.
La construcción es un medio complejo y difícil, por el hecho de la cantidad de recursos [económicos y humanos] que se mueven en cada una de las intervenciones profesionales, sin importar la escala o complejidad de los proyectos.
Para poder mantener un ritmo constante y planeado en torno al rubro del desarrollo arquitectónico y/o urbano, es necesario una campaña de culturización, donde se capacite a los tres integrantes básicos del proceso de construcción: el dueño de la obra, el arquitecto, y el constructor que se hace cargo de materializar el proyecto.
Experiencias en los recientes años, me llevan a concluir que la construcción es mal vista por la sociedad, con la idea errónea de que construir es frustrante, y sumamente caro. Y aunque en realidad lo es, las posibilidades de ayuda, guía y colaboración integral, de la mano de profesionistas preparados y responsables, podrían llevar el proceso de construcción, a la meta, es decir, concebir el proceso como un paso obligado y sumamente necesario y sencillo, que nos lleva a mejorar nuestro bienestar como civilizaciones, tanto en existencias individuales, como sociales, tomando como base un eslabón esencial: simple comunicación y confianza.

Escucho:
Give it a go / Pet Shop Boys

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