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jueves, 13 de diciembre de 2018

Trascendiendo la Resignación

La primera secuencia de la cinta y el primer movimiento de la cámara, atrapó mis sentidos por completo, dándome perfecta idea de aquello a lo que me enfrentaría: un relato cinematográfico sumamente introspectivo, en blanco y negro, narrado a partir de la imagen secuencial, y el sonido propio del ambiente.
Alfonso Cuarón posee una perspectiva única, personal, humana y sumamente íntima de la Vida. Rareza en cualidades, propia sólo de hombres que han vivido verdaderos conflictos, retos de existencia que han trastocado algo en su interior, en el fondo, en un sitio privado profundísimo, donde se guarda el material que posteriormente se transformará en recreaciones hermosísimas como ROMA, la cinta que nos ha obsequiado.

Celebro los riesgos tomados. Lenguaje limitado a blanco y negro y secuencias libres de intenciones mercadotécnicas o comerciales. Es un hecho: Cuarón quiere llegar hasta lo más profundo de tus entrañas. No todos soportarán el viaje o la crudeza de la Paz que las imágenes bombardean a cada minuto.
Felicito eso que ninguna otra cinta había conseguido jamás como reacción en mi persona. `Call me by your name´ se acercó muchísimo, pero aún así, se quedó lejos, muy lejos. Quizá porque soy arquitecto es que me ha  conmovido la interacción entre lo humano, y lo arquitectónico. Se trata de una cinta espacial, donde el Espacio externo y social lo representa absolutamente todo. Las recreaciones urbanas tocaron el corazón, sin ser yo un niño que haya pertenecido a esa época, o peor aún, al lugar. Apenas nacía yo en ese entonces, y aún así, gracias a la indescriptible narrativa arquitectónica, es que fui capaz de reconocer las emociones y sentimientos que el director puso ahí, al grado de arrancarme lágrimas al moverse delicadamente, cual tela de seda y de igual manera, entre los rincones íntimos de una casa, o las calles y esquinas de la ciudad entera. La escala cedió magistralmente a las intenciones humanas.

Todo lo que representa nuestra nación está de alguna manera ahí, a veces hasta en sutiles detalles que no vemos en primer cuadro, pero que gracias a la extrema lentitud visual narrativa, terminamos por identificar y reconocer, arrancándonos de repente una lágrima que ahogamos ruidosamente en el pecho, por temor a llorar de más en medio del silencio.
Y la historia central, la historia de la Mujer en nuestro ambiente cultural, nuestro pobre México querido. Hilos narrativos que se entretejen para contar aquellos murmullos sociales que descaradamente ignoramos, pero que son piezas clave en nuestras vidas como pueblo.

Si se trata de una biografía, ya sea íntima o colectiva, no interesa. Una parte de tu alma se encuentra en la historia, reflejada sutilmente en elementos que tu espíritu terminará reconociendo. Puede ser una imagen, un recuerdo, un sentimiento, un sonido, una persona o un sitio, paisaje, o hasta un animal. Las imágenes en cada cuadro minan melancolía, un sentimiento indescriptible, que toca las fibras del corazón, más allá de la simple Resignación. Y es que no se trata de aceptar las circunstancias como son, o han ocurrido. Se trata de algo más allá de ello, y el director lo manifiesta con brutal maestría.

Lo que ROMA ha conseguido es reflejar esa emoción inquebrantable que como nación nos ha mantenido de pie, de construir tras el desastre con lo que tenemos en cada presente, la realidad que define quienes seremos al día siguiente.
Y ése es quizá el legado conceptual de una cinta construida en la imagen de un Pasado que se torna analogía de nuestro Presente: como mexicanos, llevamos tatuada en el alma y la piel aquella certeza y Esperanza por la llegada de un nuevo amanecer, de un reciente y renovado día.

Imagen tomada de la liga:

Escucho:
The fire rises | Hans Zimmer
The void | Atlantis || Steven Price

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