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domingo, 11 de septiembre de 2022

(Sólo) Viviendo


Septiembre nos sorprendió con el temido contagio.
Días de reposo absoluto, de detenerse por completo y replantearlo todo.
 
Lo primero que hicimos fue leer (no se puede hacer mucho cuando el cuerpo no es capaz de moverse siquiera). Lo segundo fue calmarse y confiar en la Medicina y en las herramientas de Meditación, ya que dormir era imposible, y eso terminaría complicando aún más la situación corporal.
 
En medio del Tiempo detenido, encontramos que muchas circunstancias nunca entendí si fueron producto, consecuencia, o simplemente fueron cosas suscitándose a lo largo de las semanas anteriores, y presentes habían ido modificándose de maneras improbables.
 
Debimos detener también la Escritura, la Producción de todos los proyectos en turno, además de considerar abandonar muchos de ellos.
Afortunadamente nos encontramos hoy, salvándolos todos en la mesa de trabajo.
 
¿Qué ha sucedido?   
Ni yo mismo lo sé.
Hace unas horas, un amigo que amo, y que nos reencontramos horas antes de la Crisis de Salud, me ha grabado un corto mensaje antes de irse al Éxodo obligado, y me ha hecho saber que soy afortunado.
El mensaje de una amiga entrañable, con quien llevaba más de dos años de Distancia, me ha recordado que el Tiempo es relativo, y que el momento Presente quizá es lo único que importa al final de la Vida.
 
El último álbum que ha arribado por paquetería, y que hemos prácticamente fundido en el estéreo, nos ha acompañado a lo largo de los días más oscuros y solitarios, que a su vez son los más luminosos y conscientes.
 
Quiero escribir sobre la Arquitectura, y sobre la Literatura.
La primera es un concepto que ha pasado a ser una constante esencial en mi existencia. A pesar de que la reciente visita a la Feria del Libro se trató de hablar sobre la Literatura, en realidad la experiencia se trató de la Arquitectura, de la experiencia consciente de habitar la Vida.
 
Los espacios físicos fueron el telón de fondo, pero en realidad, fueron los eventos dentro y fuera de ellos, los que trastocaron el corazón.
La Interacción con jóvenes, egresados, estudiantes y público en general son los recuerdos que hoy llevo en el corazón, y que, junto a la experiencia de Génesis y Creación literaria que pude compartir también, me hacen reflexionar, a días de haber acontecido.
 
Dentro y fuera de la Arquitectura me perdí, me reencontré, y profundicé en mí, en mis anhelos, expectativas, en mis miedos.
Los miedos son quienes enferman nuestros cuerpos.
 
Ahora comprendo que no sirve de nada conocer los pormenores teóricos-constructivos de los espacios arquitectónicos. Saber el específico estilo, tendencia o vanguardia, más bien habitar con todos los sentidos aquellos espacios todos ellos que la Vida ponga delante de nosotros.
La Enfermedad es también un espacio, y en los últimos dos años y fracción, nos hemos visto obligados a habitar nuestro propio espacio interno.
Es así que sé con certeza que hemos fracasado como arquitectos.
Continuamos fracasando.
Seguimos diseñando y construyendo espacios para el desarrollo externo, para trabajar, interactuar, laborar, despejarse, divertirse, pero jamás para (auto)conocerse.
 
Estos espacios no se diseñan y construyen solamente.
Más bien se proyectan, se comparten, se manifiestan dentro y fuera de nosotros.
El amigo de quien nos separamos, la amiga y colega cuyas charlas nos construyeron, los abrazos que brindamos, las cátedras humanas que ofrecimos y que recibimos.
 
El espacio personal que te recibe cuando debes permanecer aislado y solo, para no contagiar a nadie.
No se trata de contagiar a alguien, se trata más bien de aislarse de uno mismo, de reconectar con el habitante de nuestro íntimo ser.
Se trata de encontrar EL espacio que nos define, a partir del cuál nos hemos diseñado, y hemos construido lo que hoy se derrumba delante de nosotros.
En ese espacio que es mucho más que sólo físico existe la necesidad de sentir, de perdonar y de amar, a través de la Reflexión y el Ajuste.
 
Se trata de contemplar cada amanecer, cada atardecer, y (re)definir lo que aguardamos de la Vida.
 
Es así que tras más de doce días de Olvido abro la carátula del equipo de cómputo, me ajusto los audífonos viejos, y comienzo a escribir, a crear, a imaginar de nueva cuenta tras casi el cuerpo haber desfallecido.
 
Una vez más estoy…
Y el Ocaso continúa inspirándome con sus hermosos ojos tonalidad en cobre.
Mi perro duerme de nuevo en el sofá.
 
Y yo tengo tanto por lo qué agradecer, mientras ese álbum continúa sonando, aún en streaming, porque el estéreo ha quedado muy lejos hoy, para escucharlo de manera física...
 
 
Escucho:
Express yourself (Remix Edit 2022) | Girl Gone Wild” (Avicii’s UMF Mix) || Madonna

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