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jueves, 10 de enero de 2013

De reflexiones del espacio, y cosas peores...

El Hombre, por naturaleza, vive en sociedad.
Cada día interactúa con otros de su especie, convive, se relaciona, y se organiza en diferentes unidades o entidades de carácter social: familias, grupos, colectivos, departamentos, institutos, instituciones, organizaciones, empresas, entre muchas otras más.
La sociedad integrada es más que la simple conjunción de las ideas y valores de los miembros que la integran. De ellos -y para ellos- han surgido una serie de preceptos y principios que regirán y trazarán el rumbo futuro de la sociedad en su conjunto. Una sociedad es más que la ideología y el cuerpo de ideas que los unen, y que dan forma a sus principios culturales y sociales.
La agrupación vierte su `entidad´,  su esencia y personalidad en los espacios en donde se realizan sus actividades, contenedores de aquellos ideales que busca el conjunto de habitantes que los han inspirado por medio de la acción, de la “puesta en práctica” de los valores.
Identificar conceptos y valores en los espacios arquitectónicos o urbanos de un determinado grupo social, permite hallar pautas y directrices sociales, culturales y psicológicas, que definen al conjunto de los miembros.
En ocasiones, las expresiones verbales o ideológicas que muestra un determinado grupo social, son por completo opuestas a los hechos, es decir, a la Arquitectura donde la sociedad -o grupo de personas- habita.
Es interesante observar la Arquitectura con el enfoque de descubrir en ella, las pautas o circunstancias materializadas que han sido puestas en formas, lenguaje, estructura, color, signos, elementos, disposiciones espaciales. ¿Qué dice el cuarto donde duermes? ¿Qué lectura da la cocina de tu casa? ¿Qué representa para las personas que visitan tu hogar los muebles y el ambiente de tu sala o recibidor?
La Casa de Barragán es un ejemplo excelso de la lectura e interpretación semióticas dentro de la Arquitectura.
Cada espacio es susceptible a ser leído, y ser interpretado gracias a una serie de referencias de Diseño, que dependen de múltiples variables y/o circunstancias.

Un ejemplo sencillo y útil para valorar un espacio es analizar las sensaciones que nos ha hecho experimentar al visitarlo, y buscar elementos de referencia que nos expliquen aquello que el espacio ha inspirado en nosotros. `Me he sentido libre…´. `Me sentí como si estuviera en una cárcel´. `El espacio me infundió una paz indescriptible´. Una vez identificada la sensación, es más sencillo traducirla en lenguaje de diseño, encontrando un elemento de referencia: “Libertad”, “Encierro/Soledad”, “Paz”.
Cada espacio posee una serie de elementos, de herramientas de diseño aplicadas, de símbolos, que denotan significados.
Como habitantes de nuestros espacios personales, muchas veces no somos susceptibles o conscientes a estas lecturas. Finalmente, aquello que expresa el espacio, ha penetrado en nuestra rutina, ideología y ser enteros, por lo que, a partir de este momento, hemos sido definidos por el espacio, sin quiera ser conscientes de ello.
Si buscamos en nuestro ser y quehacer humano, hallaremos hábitos, tics, reacciones involuntarias de nuestro cuerpo a circunstancias, ideas, opiniones, e incluso comportamientos, que pueden ser explicados a partir del análisis del espacio.
El lugar donde laboras, la escuela donde estudias, la casa de los abuelos que visitas, las áreas abiertas por las que gustas transitar, solo o acompañado. Todos ellos son espacios que definen quien eres, lo que piensas, y -principalmente- lo que haces: tus acciones. Las tres cosas: pensamientos, palabras y acciones, son un molde único de tu personalidad y tu esencia [las tres reflejadas en el o los espacios que sueles habitar]. Cada objeto, cada color, cada detalle de la decoración, incluyendo elementos intangibles, como juego de luces u olor -incluso-, que posee el espacio que habitas, define quien eres en realidad, porque al habitarlo, aceptas lo que el espacio es, y -por ende- aceptas que forma parte de ti.

Un ejercicio recomendado es experimentar con el espacio. Desde colocar o eliminar objetos que se aprecian o se detestan, hasta jugar con las luces, los olores, la simple disposición de lo existente, hará  variar nuestras sensaciones, comportamientos, sentido de la orientación, humor.

Quien entiende que el espacio es una extensión de cada uno de nosotros, comprende cómo modificarlo, e influir de esta manera en uno mismo, y en quienes nos rodean.

Escucho:
Title track / Death cab for cutie
Some might say / Oasis
Reverie / Ludovico Einaudi
Supercollider / Radiohead. Taken from Live from the Basement The King of Limbs
Gagging order / Radiohead. Taken from Hail to the thief [Limited Edition] [Disc 2]
British summertime // Me and Bobby D / Everything but the Girl

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