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jueves, 11 de agosto de 2011

Tres ventanas...

Tengo un espacio que me acompaña en mi Vida.
Cada noche, y cada día, tres ventanas me obsequian hermosas vistas de los mismos tres paisajes a donde cada una de ellas, mira.
Y a diario, antes de dormir, y al despertar, abro la persiana para descubrir tres momentos distintos de ese horizonte único e infinito.
Me agrada pensar que el Cielo es original y temperamental, como lo somos nosotros. Concentro los pensamientos en hilar cómo se reúnen aquellas circunstancias, hechos climatológicos, atmosféricos, espaciales y divinos, que dan pie a esta panorámica que hoy vislumbra mi pupila.
Los cúmulos de gas, las tonalidades, la velocidad del viento, transformado en sutil brisa, la elevación, conjunto de roca que se desdibuja a contraluz tras el sol que se ha ocultado en un sitio estratégico al lento paso de los días.
Una maravilla. Un obsequio que llena mi espíritu de luz y de alegría.

Observo, absorto, las reflexiones que la Naturaleza trae a mi ventana.
Escucho, paciente, los mensajes que sopla el silencio de un viento apaciguado y sabio.
Contemplo, consciente, el poder y las posibilidades del Destino en mi propio camino.
Y escribo…
Es lo único que me hace feliz, que alimenta el hambre de existencia.
No importa nada más, mientras el día, la noche, y el Universo, me obsequien brillantes joyas visuales que me arranquen un suspiro, al inicio y al término de cada ciclo...


Escucho: Prizefighter / Eels

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