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miércoles, 11 de abril de 2012

Equilibrio y energía

Mucho se ha hablado en torno a lo que acontecerá a finales de este año.
El tema que más se toca es la inminente destrucción del Mundo como lo conocemos.
En resumen, la premisa es correcta, sólo que no sucederá como lo imaginan las crónicas.
Los movimientos de tierra, los temblores y demás consecuencias, son sólo la parte física de la que, como pobladores de este planeta, somos testigos finalmente.
Pero es necesario comprender su origen y las razones que llevan a que se potencialicen conforme avanza el año 2O12.

La Tierra se conserva estable debido a la energía magnética, traducida en la existencia de los polos magnéticos, que son los que mantienen al planeta en un estado constante de equilibrio.
Las culturas antiguas describieron el proceso por el que ha atravesado la Tierra a lo largo de los siglos, y por el que continuará atravesando hasta cerrar un ciclo cósmico.
Ese ciclo concluye en el año que vivimos.
El movimiento de los astros, y su tránsito a lo largo de la galaxia y el Universo en general, encierra una serie de incógnitas que tienen que ver con la energía cósmica.
Grandes fuentes de luz y energía existen de manera dinámica a lo largo del Cosmos.
Un ciclo de grandes proporciones energéticas está a punto de cerrarse. El centro de la galaxia y del complejo sideral que contiene a los sistemas solares -incluyendo el nuestro- completa una órbita, lo que se traduce como el acercamiento a una fuente gigantesca de energía que pulsa en el centro, y cuya energía recorre todo el Universo.
Esta energía afecta, por ende, a los sistemas planetarios, a las estrellas, satélites y a los planetas mismos.
La Tierra, al igual que el resto de los astros, reciben la energía que proviene del centro del Cosmos, y deben hallar la manera de estabilizarse, es decir, existir, integrándose a la frecuencia de la energía cósmica que arriba.
Los polos magnéticos de la Tierra, en la búsqueda de la frecuencia adecuada, oscilan, al igual que la energía recibida, lo que se traduce como movimientos del planeta que causan que las placas tectónicas que integran a los continentes se muevan de igual manera.

Los temblores de los que somos testigos son prueba fehaciente de la existencia del pulular de la energía magnética de nuestro planeta.
Si consideramos que cada ser viviente, en especial los seres humanos, existen y producen energía con sus pensamientos y sensaciones [sentimientos], el fluir de la energía se torna por completo impredecible. Sumemos el caos, la incertidumbre y el miedo que vivimos al no ser capaces de comprender las razones del proceso por el que atravesamos.
Estamos acostumbrados a valorar los hechos por su carácter real y existente. Si lo hacemos de esta manera, vivimos una etapa de crisis y apocalipsis, ya que las condiciones estables que regían a nuestro planeta han desaparecido.
Si vivimos el cambio como un proceso normal, donde las oscilaciones son parte del proceso, nos mantendremos serenos, conscientes, y concentrados en equilibrar nuestra energía interna, conservando al sistema lo más equilibrado posible, considerando que somos capaces -como seres vivientes/pensantes- de crear el Mundo que nos rodea y nos define.

Una interesante postura, sin duda alguna.

Ideas y teoría personal, conformada por análisis de textos multidisciplinares.
Lo aquí expresado es un punto de vista propio del autor de la nota.

Imagen editada, original tomada de la liga:

Escucho:
I won't hold you back / Toto
Rocket brothers / Kashmir

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