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viernes, 6 de abril de 2012

Esencia de proyectos

Comparto la visión de que los arquitectos maduran lentamente, similar al vino, reuniendo experiencia, seriedad y diseño a lo largo de la vida, de una manera paulatina.
Como arquitecto que soy, me considero en perpetuo desarrollo, inmerso en un aprendizaje que me toma tiempo asimilar.
Esta mañana deseo agradecer a mi amigo Luis Enrique Pérez, a quien conocí hace ya varios años, con la firme intención de fungir como guía y apoyo en su vida como estudiante. Irónico es que al paso de los años, los papeles se han invertido en múltiples sentidos.
Luis Enrique tiene un gran talento, y una madurez que no deja de sorprenderme.
Y peor aún…
Parece haberme llegado a conocer mejor de lo que yo me conozco.
El día de ayer ha sido uno de esos días, donde me sorprende con charlas, lecciones y citas que yo mismo le hice en algún momento, y que guarda en esa mente privilegiada que posee.

En cuestiones profesionales, ha analizado y comprendido mi método de diseño y las características que definen mis proyectos.
Uno de ellos es el diseño y trazo de escaleras.
No lo había visto jamás con claridad, pero él me ayudó a ser consciente del interés, energía y atención que pongo al diseño de las escaleras de cualquier proyecto.
`Algún día me dijiste que todo buen proyecto se concibe y ordena a partir de las escaleras´.
¿Qué tienes en la mente, que recuerdas aquello que te digo y que ni yo mismo recuerdo? -carajo-.

Gracias por permanecer cerca, porque sueles ser aquel que me trae de nueva cuenta a la realidad, cuando me he perdido en universos paralelos, dejándome llevar por circunstancias personales.

Y gracias por la guía, mira que -como te lo dije- has sembrado una nueva obsesión en mi cabeza…

Escucho:
Atoms for peace / Thom Yorke

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