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sábado, 18 de agosto de 2012

Procesos...

Logo del núcleo de diseño:
American Architects Center 
La clave de la investigación en la que he centrado en los últimos cinco años, parte de una premisa simple: el proceso, no el resultado.
La clave de los nuevos procesos cognitivos de enseñanza/aprendizaje, se basan en el desarrollo de habilidades [llamadas competencias].
A pesar de ser un concepto escuchado por todos, son pocos quienes lo comprenden y lo aplican en la realidad.
La radiografía del problema aporta lo siguiente: los procesos de enseñanza/aprendizaje en Arquitectura se basan en el cien por ciento de los casos en aspectos de resistencia y disciplina, asesinando la creatividad real que da solución a los aspectos que buscan resolverse.
Es decir, los exámenes parciales y finales de las asignaturas o materias que integran los programas, se centran únicamente en lograr objetivos cortos, inmediatos y -en muchos de los casos- obsoletos.
Proyectos imposibles, maquetas a detalle, dibujos y perspectivas complicadísimos, que muestren al estudiante que la Arquitectura es una disciplina a la que hay que respetar, por medio del miedo y la sensación de dominio, estrés y frustración.
A los catedráticos les interesa únicamente el resultado, la evidencia, sacrificando en el proceso las múltiples visiones y perspectivas complejas que el diseñador pueda tener al respecto.
Dominamos, imponemos, conquistamos, en lugar de abrir el panorama a las nuevas posibilidades de diseño.
¿Nos importa?
Claro que no.
Es un proceso de enseñanza/aprendizaje que ha imperado por más de cuarenta años. Y es oficial: es el único método efectivo para nuestra disciplina.

Es momento de abrir la mente y ampliar el horizonte.
Diseñar en Arquitectura involucra, hoy en día, enseñar el cómo, más que sólo exigir el qué.
Diseñar es una acción complicadísima, que se ha circunscrito únicamente al método ortodoxo y tradicionalista, ya por demás obsoleto.

Las clases que imparto, se concentran en brindar a los diseñadores, las herramientas varias necesarias para comprender el proceso de diseño, y potencializar sus propias habilidades, herramientas cognitivas y visiones y pensamientos.

La competencia, por lo tanto, es mucho más que sólo una definición académica que -ilusamente creemos- aplicamos en nuestras cátedras.

La verdad es que no tenemos ni una mínima idea de lo que el concepto representa en realidad.

Imagen tomada del sitio:

Escucho:
Sand in my shoes / Dido

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