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viernes, 6 de mayo de 2011

Reflexiones fotográficas

Si algo me llama la atención y me apasiona es visitar sitios nuevos. Localidades, ciudades, pueblos, comunidades. Desde hace tiempo he aprendido a redescubrirme a mí mismo por medio de descubrir nuevos horizontes.
Es maravilloso conocer y experimentar vivencias espaciales y humanas. Un sitio nuevo presenta todo un reto, en el sentido de abrir la mente y el corazón a situaciones que no estamos acostumbrados a ver en nuestros lugares de origen, o donde vivimos ahora, lugar que se ha convertido en nuestro hogar arquitectónico, urbano, o sencillamente espacial.

Esas experiencias, y ese gusto individual que padezco, han trastocado mi vida en diferentes maneras. Mi punto de vista se ha visto transformado. ¿Enriquecido? Me gusta pensar que así es. No pienso como los demás. Y si me preguntan sobre una propuesta de solución para un determinado problema, ofreceré una opción diferente, con la que no todos estarán de acuerdo, o se habrán imaginado posible siquiera.

Mi manera de actuar no es comprendida o aceptada del todo.

Y no tiene por qué serlo. Mucho tiempo yo rehusé esa misma actitud y filosofía que ahora he visto que ayuda a quienes la practicamos.

Por primera vez hablo de mi experiencia en el rubro humano. A lo largo de los últimos ocho años, he conocido a muchas personas a las que he tenido la fortuna de ayudar en algún breve lapso del camino. En realidad -finalmente- son ellos los que terminan por enseñarme valiosas lecciones de vida que anoto y que sé con certeza que jamás olvidaré. Nunca se los digo, pero ésa es la verdad, ante todo.

Son pocas las personas que puedo considerar valiosas en mi vida. Con algunas de ellas guardo relación aún, después de tanto tiempo. Con otras no fui capaz de completar la relación humana, y otras más han dejado de dirigirme la palabra, ahora condenándome por cosas que no he hecho siquiera, o que ellas piensan que hago sin en verdad estar certeras de que es de tal o cual manera.

Mucho he aprendido de todos.

Algunas circunstancias me han llevado a emprender verdaderos viajes de autodescubrimiento, mientras conozco lugares de los que jamás había escuchado nombrar antes.

Las salidas, las rupturas de tu cotidianidad son buenas en infinidad de maneras, aunque también plantean una discrepancia, al abrir tu perspectiva e incluir en tu realidad situaciones que normalmente no tomarías en cuenta o a las que no prestarías atención. Esas vivencias transforman tu visión del mundo, para bien, buscando metas y actividades que van mucho más allá de tu sencilla persona, que, cuando aplicas en tu pequeño mundo cotidiano, no son del todo bien vistas.

Hace unos días, retomé una vez más esa peculiar visión, que tenía rato abandonada.

Lo que encontré fue sorpresivo, y las palabras que escuché, fueron un aliciente inesperado que me hizo rememorar a la par que reconsiderar muchas cosas.

Horas después, tenía en mis manos un sobre con fotografías. Un obsequio hermoso que jamás alguien me había hecho antes.

Las instantáneas tienen más valor, por ser imágenes que hablan desde la profundidad del alma y del corazón.

No todas las personas son capaces de expresar lo que en verdad son, lo que piensan, y mucho menos lo que sienten.

He sufrido -de igual manera- pérdidas humanas que han dolido en sobremanera.

El obsequio que recibí ha servido de inspiración visual -a la par que conceptual- para reflexiones y pensamientos, muy al estilo de este sencillo blog.

Espero que -al igual que yo- disfruten estas notas e imágenes de maneras gratas.

Para todos ustedes.

Un abrazo.

Fotografías cortesía de: Francisco Javier Hernández Cortés

Escucho: Kids With Guns [Hot Chip Remixes] / Gorillaz

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