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miércoles, 7 de diciembre de 2016

En Memoria de Hilario

Ha sido grato encontrar un eslabón que nos lleva hacia los inicios de nuestra labor académica, hace más de trece años atrás.
El enfoque social es un valor que lentamente perdemos en las sociedades contemporáneas, y por el cuál luché años antes. Visitas a lejanas comunidades, me llevaron a transformar mi perspectiva de cómo comprender la Arquitectura, pero, sobre todo, a la sensibilización ante necesidades ajenas y completamente distintas a las propias, y una disposición hacia el apoyo. Una travesía a San Andrés Daboxtha, cambió mi vida de maneras inimaginables, ejerciendo una formidable influencia en mi pensamiento y quehacer en muchísimos sentidos, que se vería reflejado en los textos escritos y publicados por aquella época.

Ahora que valoro, al paso del Tiempo, me es formidable recordar lo que valía la pena por ese entonces, y descubrir los alcances y metas obtenidas por antiguos proyectos que estudiantes compartieron, que sirvieron para plantear las bases de actividades y perspectivas personales.

Mucho de estas experiencias hacen falta ahora. Una persona, que considero un mentor en mi vida, me dijo alguna vez que, como humanos, cumplimos tres funciones como habitantes de cualquier sitio: nativos del lugar, visitantes o turistas y definidores o constructores vivenciales del Espacio. Un lugar, su Arquitectura, y la Cultura implícita en él, nos definen como los seres humanos que llegamos a ser, convirtiéndose en un recordatorio de la misión, de las lecciones que debemos aprender en esta Vida que poseemos.
Considero momento de volver a ese camino abandonado…

Escucho:
All man's land | Planet Funk

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