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miércoles, 12 de junio de 2013

Hábitos

No cabe duda que el ser organizado se refleja en cuestiones tan simples y básicas como un horario definido de comidas.
Siendo arquitecto, puedo compartir la experiencia de haber vivido un desorden en los horarios de alimentación, que derivó en múltiples padecimientos gastrointestinales que mantuvimos recurrentes a lo largo de muchos años.
Cuántos arquitectos podrán testiguar al respecto [la falta de sueño merecería una tesis en sí misma, para explicar sus implicaciones en la vida de los arquitectos].
Imagino que la profesión no tendrá tanto que ver como la voluntad y la entrega de cada persona a la actividad que realice. Finalmente todas las profesiones suponen un grado determinado de estrés y compromiso, que influyen de manera directa en nuestros hábitos de alimentación y descanso.
Tras varios años de entrenamiento en natación y de la necesidad de cierta disciplina para dominar las técnicas requeridas y las habilidades exigidas, me percaté que la buena alimentación y sus correspondientes horarios establecidos y respetados es indispensable para mantener el equilibrio mental y corporal, en relación a la eficiencia laboral y personal.
Platicaba con varios estudiantes al respecto. Se requiere una sólida y fuerte voluntad, para establecer horarios de actividades, entre el descanso [sueño], la comida, el trabajo, y el ejercicio.
En lo personal y tras severos diagnósticos médicos, trabajo para mantener un equilibrio en mi vida, que involucre variables saludables, que me permitan cumplir con objetivos diversos que me he planteado.
Todo empieza con diseñar cosas tan sencillas y triviales, como un desayuno.

Escucho:
Being for the benefit of Mr. Kite! [Take 7] / The Beatles
I'll make love to you / Boyz to Men
Sick muse / Metric

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