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jueves, 7 de abril de 2011

Lo que al paso del tiempo, construimos...

El Tiempo acontece sin que nos demos cuenta de ello. Es tan natural para nosotros el vivir, que lo cotidiano se convierte en algo sin importancia, y lo que no tiene importancia a veces pasa a ser más que cotidiano.

Me sorprende, a la vez que me llena de alegría, mantener contacto con personas con las que alguna vez establecí relación personal, a la vez que académica y/o profesional. No me considero una persona madura o anciana, pero el Tiempo que he invertido todos estos años en actividades como las que realizo me ha llenado de profundas satisfacciones.


El fin de semana, precisamente, reencontré a un ex alumno y ahora amigo que tenía un par de años de no ver… No olvido todo lo acontecido en los años en los que mantuvimos contacto. Es asombroso que el lienzo de tu vida parece ser tan grande, que todo aquello que realmente vale la pena se pinta en su superficie, para no borrarse jamás.


Con alegría en el corazón, me doy cuenta hoy -mientras escribo las líneas que integran esta nota- que he disfrutado a lo largo de los años en gran medida mi actividad académica, que traigo conmigo desde la sangre misma, y que desarrollé a tempranísima edad.


Con cierta melancolía -imagino que debe ser de esta manera en todos los eventos de nuestra vida como seres humanos- confirmo también que experimento dolor en las heridas infringidas en el cuerpo y el espíritu a lo largo de los años, que me hacen detenerme y cuestionarme de manera individual, personal, a la vez que seria y profunda, si deseo continuar realizando lo que hasta ahora llevo a cabo.


Mirarlos cada día, verlos crecer, desarrollarse, descubrir todo lo bueno que existe en ustedes, y alentar esas cualidades hasta verlas -cuasi- consolidadas en su vida cotidiana y personal, ha sido la experiencia más hermosa y alentadora que he descubierto jamás.


Siempre he sido susceptible a descubrir las potencialidades ajenas, más que las propias. Y debo decir que son escasas las veces en las que me he equivocado, y no me refiero a que me jacte del nulo margen de error, sino más bien celebro la fe y la confianza que como seres humanos guardamos aún en lo más profundo del corazón.


Hay tantos momentos, tantos recuerdos que valorar y considerar.


Me siento afortunado.


A la vez que extraño. Me considero no merecedor de tantas alegrías.


Porque una moneda siempre tiene dos lados.


Y así como existe el costado positivo, existen también aquellos casos que no se cuentan dentro de la experiencia grata y reconfortante.


Espacios, sitios, momentos y personas que no corrimos con la misma suerte.


Pase lo que pase, siempre formaré parte de esa lista, aunque me haya esforzado de manera incansable en tratar de salvar la balanza hacia el lado contrario.


En fin, esta nota es sólo centrada en ustedes, a quienes miro brillar en cada hora, en cada minuto y a cada momento.


Luchan sin detenerse, sin cesar, confiando, creyendo en ustedes mismos.


Yo creo en ustedes, porque todos tienen la plena confianza en que mañana será un nuevo día, mejor de lo que hoy es.


Y sí… respondiendo a la pregunta que alguien me formuló hace unos días…


Yo no recibí esa misma confianza jamás, por eso ahora la cultivo incansablemente.


Llega un momento es que eres consciente de que las cosas deben transformarse, para crecer, como persona y ser humano, sea lo que eso signifique para tu existencia meramente individual.


El Éxito no posee el mismo significado para todos.


Eso no significa que dejo de creer en ustedes.


Más bien cuestiono mi creencia en mí mismo.


Es una encrucijada puramente personal, a la que tendré que hallar respuesta de esa misma manera: individual.


Gracias de antemano por el apoyo, la compañía, las sonrisas, las palabras que reflejan la pasión y la entrega en todo lo que hacen, en todo lo que creen.


Esa es la luz de Mundo.


Y estoy seguro que se habrá apagado en este candelabro, pero continuará brillando sin cesar en infinidad de ellos a lo largo y ancho de este Cosmos Humano.


Con esa tranquilidad parto hoy, hacia donde sea que el camino que transito, me lleve…



Muestras de trabajos hechos a mano por: Roberto de Jesús Varela / Mario Ángeles


Escucho: H. K. Farewell ("Teenage Angst" B-Side) / Placebo


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