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domingo, 10 de marzo de 2013

Grandes pretensiones

Sacrifiqué tres sesiones de natación en aras de descanso -cuasi- total, y recuperar la salud. Durante el tiempo en reposo me dispuse a llenarme de excelente Música, para no caer en la desesperación y en la locura. Y es que permanecer en modalidad `descanso´, es un suicidio para mí. Las personas que me conocen, lo saben bien.
Tras escuchar hermosos álbumes de docenas de artistas, fue que esbocé el presente artículo, que no posee pretensión alguna, más que tintes de reflexión en varios sentidos.
La historia de la nota comenzó al ampliar la colección personal de CD´s a aquellos ganadores al Grammy en la categoría de álbum del año. Ya que he seguido la premiación de este reconocido galardón a los largo de diecinueve años, me di a la tarea -teniendo al Tiempo más a favor, que en contra- de escuchar, analizar y valorar a los ganadores de esta categoría desde mil novecientos cincuenta y nueve.
Existen álbumes ganadores -sobre todo a lo largo de los últimos diez años- que han sorprendido al mundo al hacerse del premio en esta categoría. Podría referenciar a River. The Joni letters, de Herbie Hancock, que, por cierto, no pude llegar a comprender del todo hasta este fin de semana que permanezco en calidad de `paciente en lenta recuperación´. Raising sand, de Robert Plant & Alison Krauss fue otra de las sorpresas, de las que nadie esperaba, al alzarse como triunfadores al álbum del año. Al final comprendes que, dada la fuerza, la armonía, la belleza y la integración de dos valores contrarios, así debía ser. Quizá uno de los momentos más elocuentes se lo lleve Arcade Fire, y su obra maestra, The suburbs -álbum que digerí plácidamente durante las eternas horas de reposo obligado, por cierto-, quienes se mostraron impactados al ser elegidos como mejor propuesta del año respectivo. La última de las extrañezas ha sido Mumford & sons, con esa propuesta bizarra y folk bautizada como Babel, que, aún no terminando de comprender y, por ende, aceptar, como elección a mejor álbum del año…
Las nominaciones al Grammy en esta categoría a lo largo de los años se convierten en brillantes oportunidades de conocer el desarrollo de la Música a través del Tiempo y el Espacio. He descubierto que muchos de los álbumes nominados se encuentran actualmente en la colección de CD´s, y otros tantos, integraron una lista de próximas inclusiones.
He llegado a la conclusión que los álbumes considerados guardan una serie de variables que los llevan a trascender su momento en la existencia. Esta serie de elementos pueden ser constantes en el hecho de presentarse en los álbumes elegidos, pero completamente variables en torno a la naturaleza en cómo se muestran o expresan. Así, Arcade Fire, logra sorprender por la infinita versatilidad de una propuesta realmente diseñada y cuidada hasta el último detalle. El gran número de sus integrantes ayuda en este sentido. O bien, Alanis Morissette [Jagged Little Pill], logra atrapar fuerza y profundos valores, como rebeldía y no aceptación a los estereotipos sociales de la época. Mumford & sons expresan -por lo tanto- interesantes reflexiones en torno a las tradiciones de las comunidades, que se pierden en aras de desarrollos tecnológicos frívolos.

Existen, sin embargo, de vez en vez, álbumes, serie de extraños especímenes conceptuales, que llaman la atención del público y la crítica, pero cuyas variables configuran un texto cuyo contenido y mensaje sobrepasa toda lógica, lo que lleva a dichos álbumes a considerarse como saltos cuánticos, es decir, proyectos cuya génesis se llevó a cabo en un Espacio y Tiempo que no son los suyos, por hallarse los álbumes, adelantados a su época en todos los sentidos.
Tres son los álbumes que considero, concebidos con las características descritas. Dos de ellos nominados en la categoría y premio referenciados.
The dark side of the moon, vía Pink Floyd, será el primero de ellos. Jamás nominado en la categoría descrita, representa una serie de avances tecnológicos impresionantes, cuya grandilocuencia armónica y conceptual supera todo lo escuchado en la época, pero que -desafortunadamente-, lleva a la crítica a considerarlo sólo eso: una especie de aprovechamiento subversivo, un claro manifiesto en contra de la sociedad contemporánea.
Lástima. En realidad, The dark side… es mucho más que eso. Lo comprendo cada vez que lo escucho, y que encuentro en cada una de sus travesías, más y más elementos conceptuales, infinitos, ricos, y hermosos en todos los sentidos.
Mellon Collie and the infinite sadness, cortesía de Smashing Pumpkins es el Segundo caso. Un álbum nominado que tenía absolutamente todo para ganar. Belleza, talento, rock desenfrenado. Irreverencia. Todo. Pierde frente al perfecto Falling into you, de Celine Dion. Una clara muestra de que lo ortodoxo y estético se utiliza como pretexto para ocultar las líneas oscuras existentes entre las líneas ordenadas y pulcras de las sociedades. Mellon Collie… ha sido uno de esos álbumes a los que yo mismo di la espalda, a pesar de encontrar atractivo y hermoso en todos los niveles, en aras de mantener la apariencia de la rectitud y la ética.

Finalmente, pero no menos grandilocuente. Kid A, concepto de Radiohead. Serían nominados años después, con In rainbows, para intentar pagarles el no reconocimiento por uno de los álbumes contemporáneos [dejo aparte el caso de Ok computer, a pesar de las implicaciones que esto represente]. Kid A es un logro conceptual en todo el sentido de la palabra. El rock and roll, mutando, transformándose, expresando la metamorfosis obligada que atraviesa la sociedad hoy en día. Ésa es la razón que me lleva a no considerar a Ok computer. Su hermano, Kid A, viaja a planos conceptuales no logrados por el primero. Finalmente, con todos los logros de ventas, de cambios de mentalidad, de inclusión de valores como la tecnología como medio de comunicación generalizada, el álbum pierde frente a Two against nature, de Steely Dan, álbum que contiene la esencia del proyecto de Radiohead, pero con tintes más matizados y tradicionales. Toda una sorpresa. ¿Quién no recuerda el hecho de que el tiraje del álbum ganador fue tan escaso, que una vez que se levantó como triunfador, era virtualmente imposible hallar su álbum en las tiendas de discos especializadas?

Cierro la presente nota mientras escucho un remix de Moby, grabación alternativa de uno de sus tracks: `Alice [General Midi Remix]´, recordándome que habrá artistas y propuestas que jamás serán reconocidas, pero que, por ese simple hecho, no dejarán de agradarnos, por representar valores para nosotros.
Al final, agradezco el sacrificio de las sesiones de natación en pos de la recuperación de la salud. La travesía musical ha sido grata, y exquisita, como espero haya sido esta nota delirante, para todos ustedes.

Imagen uno, editada, original tomada del sitio:

Imagen dos, tomada del sitio:

Imagen tres, extraída de la liga:

Imagen cuatro, editada de la original, tomada del sitio:


Escucho:
Stylo / Gorillaz featuring Bobby Womack & Mos Def
Oxford street / Everything but the Girl
San Jacinto / Peter Gabriel
Bohemian like you / The Dandy Warhols
Slow dancing in a burning room / John Mayer. Taken from Where the light is. Live in Los Angeles
Heal the world / Michael Jackson
Everyday is a winding road / Sheryl Crow
I am citizen insane / Radiohead
Janie runaway / Steely Dan
Please read the letter / Robert Plant & Alison Krauss

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