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martes, 18 de enero de 2011

Un día cualquiera en un limbo existencial

Un día es un periodo relativo, una fracción constante de esa sustancia inmaterial llamada Tiempo.

Un día es un conjunto de veinticuatro horas que acontecen en nosotros de millones de maneras diferentes.


Un día puede hacer la diferencia. Puede ser una Vida entera, o el final de ella.


Después del día de ayer, lo único que queda en mí es una estela eterna de melancolía por lo que pudo ser y jamás será, pero también por la alegría de lo que es a partir de este momento.


Después de ese día las cosas se encuentran definidas, aunque aún no claras.


La Claridad depende de quien observa, Edgar.


Tienen razón.


Hablar con Luis Enrique es siempre un aliciente. Tienes tantas cosas qué decir que en más de una ocasión creo fervientemente que Dios te puso en el camino para que me dijeras las cosas que no permitiría que nadie más me dijera, y que no escucharía jamás, salvo por el medio que tú representas. Lo que has encontrado por ti mismo esta noche ha sido sublime.


Gracias por lo que representa para mí.


Los objetivos y los sueños están en marcha. De sobra sé que existe un abismo entre su génesis y su materialización, pero sé de igual manera que entre ese hueco y la realidad se encuentran muchas almas y corazones que me acompañan en lo que significa una maravillosa travesía.


Lo que interesa es la travesía, no el destino final.


Desde donde me encuentro parado en este momento no veo el final, sino sólo el principio. No puedo vislumbrar más allá de lo que existe detrás del follaje y las montañas. Pero aún así no me detendré.


Una puerta se cierra, pero una más se abre delante de mí, cuyo trayecto es más difícil, largo y grande en tiempo y esfuerzo.


Con gusto lo transitaré.


Las millas no son todas iguales. El Espacio es relativo de igual manera. Existen distancias más complejas que otras. Ayer concluí una milla, para cerrar un ciclo y comenzar con una milla nueva. Aquella que he elegido transitar es ardua, y a pesar de que sé que una milla es una distancia de una milla, lo que encuentre a través de ella es lo que estoy seguro que me hará una persona completa, un Hombre pleno, un ser humano con retos y obstáculos en su haber, pero con la satisfacción de estar en movimiento.


Antes de escribir esta nota decidí salir por completo del contexto. Me levanté temprano, me vestí, y con un ligero desayuno en el estómago salí a trabajar, a picar piedra, a levantar con las manos piezas de roca incrustadas en el piso.


El trabajo duro, arduo, manual y cansado me hizo bien. Llenar mi cuerpo de sudor. Asfixiarme en medio de la nube de polvo de granito. Sentir los músculos cansados y duros. Hace que mi mente se olvide de todas las decisiones tomadas en las últimas cuarenta y ocho horas. Decisiones que lo han transformado todo.


Quiero olvidar momentáneamente, quiero imaginar que los últimos días jamás existieron, y comenzar la vida desde cero, desde un punto nuevo, muerto, neutro.


Gracias Alberto por aceptarme en tu rutina el día de hoy. Por permitir que mis manos cuidadas y torpes se estropeen mientras arranco la piedra. Tus palabras en medio del trabajo, del polvo y del sudor calan mi corazón y mi ego, duros como la roca más dura de todas. Sabes cuándo abrir la boca para callar la mía. Sabes que sólo cuando me encuentro picando piedra o levantando bultos, escombro o cargando cualquier cosa, es cuando necesito que me hables, porque escucho todo lo que tienes que decirme, para recordarme que mi profesión comienza con el trabajo duro, con ése que tú haces en silencio, y que amas profundamente. Gracias a esa pasión me has enseñado en el lapso de diez años a amar lo que hago, y a recordar que antes que antes que ser arquitecto, soy constructor manual, que igual trabaja hoy y mañana con escombro o mezcla. Gracias por darme estas lecciones de Humildad basadas en tu labor, tu temple, tu responsabilidad y tu fortaleza.


Dos personas que han estado conmigo cuando más lo necesito, cuando me siento más solo, cuando me encierro en mi coraza pétrea de dolor y sufrimiento. Ustedes dos están ahí.


Me habré quedado solo en un campo de maíz, pero en el predio de construcción me esperan nuevos retos.


Esto apenas comienza.


Enfrentemos el reto con miedo, pero con personas valiosas que están a mi lado, mirándolo de frente.



Escucho: Dreaming of you / Selena




1 comentario:

  1. Exquisita reflexiÓn ;)
    Nada que decir.
    Solo...siga descubriendo las satisfacciones que a veces se nos obsequia a cambio de los malos ratos ;)
    ÁniMo!
    =)

    @MeRa

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