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jueves, 30 de diciembre de 2010

Nota póstuma a 2O1O


Han sido días en tranquilidad completa. Momentos en los que me he desapegado de todo a lo que me apegué durante los últimos doce meses de esta vida.


¿Soledad? Tal vez.


¿Tristeza? Un posible `quizá´ como respuesta


Tiempo de soledad y reflexión. Cierre de periodos en todos los sentidos. Nunca pensé que este Éxodo auto infligido trajera consigo tantas consecuencias.


Y no pude permanecer en soledad.

Estos días los he vivido con las personas que más amo, y que han estado en perpetua y estrecha cercanía en los momentos más complejos y difíciles.

Estas últimas horas de 2O1O -irónicamente, y por primera vez- no haré una remembranza de los últimos meses de la existencia. No deseo rememorar todo lo vivido. Cerraré el periodo agradeciendo aquello que las circunstancias y los eventos dejaron en mí.

Lo único que diré es que la fortaleza, la estabilidad y la cordura los perdí en un día cualquiera de los últimos meses. La vida dejó de tener algún sentido, y el tiempo transcurrió sin en verdad transcurrir [o por lo menos esa fue la impresión desesperada].

Ansié -con cierto dolor en el alma- abandonarlo todo, sin importar el tiempo y el esfuerzo invertido. Nada vale tanto como tu bienestar interior. ¿Y qué puedes hacer cuando hasta eso has extraviado en tu cotidiano e individual caminar?

Gracias.

Gracias a quienes me han buscado en estos días.

Gracias a ustedes, quienes han depositado su fe en mí, sin tener una excusa válida para hacerlo. Debo confesar que molesto estuve por la interrupción a este retiro auto obligado. Hubo un momento donde perdí la noción de la esperanza y la vida misma.

Y ahí estaban ustedes…

¿Qué los mueve a pensar en mí después de todo el desastre acarreado?

No lo sé… Y no me importa saberlo. Hoy les agradezco estar aquí, conmigo, a mi costado, compartiendo su alegría, su optimismo, su risa y su calor humano. ¿Qué fue lo que hice para merecer su cariño? Duele pensar en la respuesta, porque no ofrecí un obsequio de valor, más que confiar en que ustedes lo eran todo.

Ten cuidado con lo que deseas… porque termina tornándose real. Ahora, ustedes lo son todo.

Gracias por el tiempo que me han obsequiado en estos días. Gracias por hacerme experimentar un cierre de año lleno de hermosas bendiciones. Agradezco por cada uno de los obsequios que cada una de sus presencias individuales ha regalado a mi espíritu.

Pensé que el año moriría en soledad. Creí fervientemente que no habría algo que celebrar. Y mírenme ahora. Día tras día, hora tras hora, tarde tras tarde y noche tras noche… siendo iluminado y guiado por el brillo de personas geniales.

Mi oscura noche al final estuvo plagada de las más hermosas estrellas y constelaciones. Rita me dijo: eres cíclico e intermitente, pero siempre regresas a mí. Cómo no regresar a ustedes, cómo ignorar sus llamados con el corazón puro y sincero, si ustedes me han enseñado las lecciones más valiosas que he registrado en el libro de mi vida.

Gracias de nuevo. Gracias por existir, y gracias por dotarme de existencia en ustedes.

A mi familia por ser la base de todo cuanto soy [y no soy], a Sonia, a Cynthia, por las risas. A Eva, por tu temple y por confiar en mí. Admiro en lo que te has convertido. A Luis, por tu cariño invaluable [que no merezco. No hallo palabras para describir lo que has hecho de mí]. A Rita, por tu brillo eterno y tu belleza como ser humano. Sin tu presencia, simplemente hubiera desistido hace tanto. Te amo. A Alberto por su apoyo esencial para construir lo que he construido en esto que llamo Vida. A Ezequiel por tu preciosa compañía y por ser la base de mucho de lo que ahora soy. Sabes lo que representas para mí. A Marisol Juárez, a Bernardo, a Mario Ángeles por mi título de padrazgo, a Luis Ángel por su confianza y su fe desmesurada en mí, a Jessica por su perpetua compañía y sus bellas palabras. Gracias a toda la familia `twitter´. A todos sin excepción. Ustedes saben quiénes son. Les agradezco tanto.

Y a los que no menciono, pero que estuvieron o estarán ahí…

He aprendido que lo valioso del año no se mide por los eventos en sí mismos, sino por el cariño y la compañía de aquellas personas que quedan después de esos eventos.

Han quedado pocas, pero su luz es inmensa, tanto, que tornan mi noche en perpetuo día.

Con ello cierro el año, y deseo con todas las fuerzas, bendiciones para el año 2O11 que está a punto de iniciar.

Lo más hermoso que me ha pasado, ha sido tener la compañía de personas especiales, que han desdibujado el amanecer en medio de la medianoche.

Es lo mejor que se puede desear para quienes más se ama.

A todos los que leen, un abrazo.

Las fotos que forman parte de esta nota:

http://plixi.com/p/64765441.

http://plixi.com/p/64700257.

Escucho: Slughorn´s confession [from Harry Potter and The Half-Blood Prince] / Nicholas Hooper.

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